Reconoce el tono de tu piel

¡Hola cuchísimas! Empecemos la semana con un post esencial a la hora de iniciarse en el mundo del maquillaje. Vamos a hablar de los subtonos de la piel y de como sacarnos el mayor partido.

¿Como reconocer nuestro subtono de piel?

Para nosotras, el experimento que mejor funciona es el de la hoja en blanco. Coger un trozo de papel que sea completamente blanco, y os lo acercáis al rostro. Esto os ofrece un punto de comparación para que sea más sencillo reconocer vuestro subtono de piel. Si veis que vuestra piel se ve amarillenta o doradita en comparación al blanco, tendréis un subtono cálido. En cambio, si es más rosita, o beige, tendréis un subtono frío. Si no sois capaces de identificaros con ninguno de estos grupos, es posible que tengáis un tono de piel neutro.

Para asegurarnos, hay otro truquito. Consiste en mirar el color de nuestras venas. Tendréis que hacerlo con luz natural para que esta no afecte al resultado. Si tenéis un subtono cálido, las veréis en tonos verdes y olivas. Si tenéis un subtono frío, en azules y violetas. Y si son una combinación de las dos, tenéis un tono neutro. ¿ Véis que fácil? ¡Ya conocéis el tono de vuestra piel! Podemos pasar al siguiente punto.

¿Como elijo el tono de mi base de maquillaje?

Todas conocemos la importancia de que el tono de nuestra base corresponda al de nuestra piel, ya que es el producto que utilizamos para ocultar las manchitas o imperfecciones y para tener un rostro uniforme. Si utilizáramos el tono inadecuado, la base podría verse poco natural, y no creara el lienzo adecuado para el resto de tu maquillaje.

Ahora bien, una vez elegida la base que puede adaptarse mejor a nuestra piel, debemos comprobar qué tono nos conviene. Una vez que habéis ido a vuestra farmacia, o perfumería podéis encontraros con dos opciones: o tienen muestras, o no.

Si podéis probarosla, genial. Es mucho más fácil que escojamos la correcta. Para saberlo, aplicarla al lado del cuello en la línea de la mandíbula. Si es posible, comprobarlo con luz natural.

En cambio, si no encontráis muestras, un buen truco sería llevar un pequeño papel blanco para ver el subtono de la base. Una vez reducidas las opciones,colocaros el envase en la línea de la mandíbula. Por supuesto, siempre podéis preguntar a los profesionales que estén allí trabajando, intentarán aconsejaros lo mejor posible.

¿Qué colores me sientan mejor?

Una vez que tenemos la base adecuada a nuestra piel, podemos comenzar con la parte más divertida ¡los colores! Saber nuestro subtono nos va a ayudar muchísimo a la hora de realizar el maquillaje de ojos, ya que podemos escoger tonos que complementen nuestra piel.

CÁLIDOS

Si tenéis un subtono cálido, los tonos tierra anaranjados y dorados quedarán perfectos. Todas las sombras con subtonos entre el amarillo y el rojo más oscuro serán vuestros ideales como color de transición, ya que al ser semejante a nuestra piel creará una bonita armonía.

FRÍOS

En vuestro caso, apostad por rosas, azules y platas. Como color de transición quedaran perfectos las sombras moradas en sus tonalidades más naturales.

¿Y si quiero realizar un maquillaje colorido?

Pues es sencillo, aplicable en todos los casos. Si queréis complementar con un color brillante vuestra transición, sólo tenéis que iros al lado opuesto de él en el círculo cromático. Así que si por ejemplo, utilizo sombras anaranjadas en la cuenca del ojo, los azules complementarán a la perfección esos tonos. Podéis utilizar ese color en todo el párpado, o dar un pequeño acento en el centro de este.

Otra forma de aplicar la teoría del color a nuestro maquillaje sería utilizando colores análogos. Son aquellos que se encuentran a ambos lados de cualquier color en el círculo. Por ejemplo, si escojo el violeta, lo acompañaría de los colores que están a ambos lados.

¿Os ha parecido útil este post? Esperamos que hayáis encontrado vuestro subtono de piel. De esta forma podremos estar todos familiarizados con el color cuando hablemos de él en el futuro.